Gestionar y planificar la producción familiar en el norte de Santa Fe
“Este es el tercer encuentro donde reflexionamos sobre los emprendimientos familiares, que están llevando adelante las familias que integran las organizaciones vinculados a la Agricultura Familiar con las que se gestionaron proyectos a través del Plan Nacional de Economía Social “Creer y Crear”, explicó la Psicóloga Social, Mariana Cian, que junto a Ricardo Antoniow acompañan desde INCUPO el proceso de formación, que se desarrolla por módulos visitando distintas localidades del norte santafesino.
“El curso está pensado para que las familias puedan contar con herramientas para conocer su emprendimiento, llevar adelante la gestión del mismo, conocer con qué recursos cuenta, cuáles son las dificultades que enfrentan y cuáles son las fortalezas que tienen como emprendedores. Nos interesa que los emprendimientos puedan progresar y que permitan sostener a las familias dándole un ingreso económico y que puedan tener calidad en lo que hacen”, agregaron los capacitadores.
Los encuentros desarrollan herramientas donde los participantes piensan en cuestiones como qué es ser emprendedor, estrategias de comercialización, administración, aspectos legales y normativas generales y vinculadas a cada localidad para el funcionamiento, que ayudarán a la hora de pensar la proyección para consolidar el emprendimiento familiar.
Sosteniendo la esperanza
Lucía Monzón integra la Asociación Civil Timbó Norte y hace un tiempo decidió probar con criar 60 gallinas ponedoras y valoró el aporte gestionado porque le permitió “arrancar” y pasar “de un emprendimiento más familiar a otro pensado más para la venta”, pero también destacó el acompañamiento de los técnicos que “llegaron hasta cada una de las casas de los emprendedores para ver cómo les iba y en qué se podía mejorar”.
José Villán, pasó por el camino que transita Lucía en la cría de pollos, pero tuvo que dejar el emprendimiento cuando la compañera comenzó a trabajar en una textil mientras él “le apuntaba a una carpintería”, hasta que decidieron ponerse a la par en un emprendimiento textil que llevan juntos en la casa.
“Hoy estamos a full y tenemos mucho trabajo. Empezamos con bolsas ecológicas, yo nunca había agarrado una máquina de coser pero sabía que mi señora es muy capaz y tiene paciencia para enseñar. Los encuentros del curso te sirven porque de todos los que participan aprendemos un poquito. Es muy bueno saber que en distintos puntos del norte hay emprendedores trabajando”, agregó José.
Los participantes repasan textos que invitan a imaginar situaciones y contextos productivos donde ponen en juego el emprendimiento que llevan adelante en la vida real. “Los emprendedores y los agricultores familiares valoran mucho la posibilidad de juntarse y compartir experiencias. En el punto de las necesidades siempre aparece el pedido de capacitaciones para mejorar el emprendimiento”, repasó Mariana Cian.