Corrientes:
La sequía y los incendios golpean la Agricultura Familiar
El fuego, la falta de agua y de pasturas amenazan la subsistencia de animales y familias campesinas.
Hacen falta ayudas inmediatas, pero también cambios profundos en el uso de los territorios, con modelos productivos que respeten la naturaleza.
El trabajo del Instituto de Cultura Popular (INCUPO) frente a la emergencia
“Hace dos años venimos con poca lluvia y temperaturas de 40 grados. Nuestros animales ya no tienen pasto y están tomando más barro que agua, porque las lagunas y bañados se están secando, nunca vivimos algo parecido”, explica Teia González, campesina feriante de la zona de Itatí.
“Tratamos de salvar lo poquito que queda ocupando el agua de nuestra perforación, arriesgando nuestro consumo familiar. No estamos pudiendo cosechar frutos de estación, las vacas dan poca leche y esto resiente nuestra producción de dulces y quesos. Sin producción, no hay ingresos, y ahora le sumamos el miedo a los incendios” relata con preocupación Teia.
La sequía historia que afecta a la región está generando un ambiente propicio para la multiplicación de incendios que sorprende por su magnitud y rapidez.
Así lo explica Santa Arce, campesina de la zona del paraje San isidro: “Yo estaba en la feria cuando me avisaron que se estaba quemando mi chacra. De un momento a otro mi marido se encontró con el fuego frente a la casa. No se sabe cómo se inició, pero vino del monte, con el viento en forma de remolino. Junto a mis hijos y los vecinos, con el agua de la perforación pudieron frenarlo a 20 metros de casa. Después llegaron los bomberos de Itatí y evitaron que se queme toda la chacra. Lo que más lamenté fue mi cultivo de caña de azúcar y pasto elefante. Era el único alimento que tenía para los animales”.
Según estudios del INTA, publicados el 21 febrero, por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones “La superficie cubierta de agua, en la provincia de corrientes se retrajo del 40 a 10%”.
Asimismo informó que ya se quemaron unas 800.000 hectáreas, es decir, casi un 10% del territorio provincial. “El ritmo de progresión del fuego entre el 7 y el 16 de febrero fue de casi 30 mil hectáreas diarias”.
Ayudas inmediatas
Con las chacras arrasadas, sin producción ni posibilidades de siembra, el panorama se presenta desolador para las familias campesinas correntinas. Teia González, plantea la necesidad imperiosa del acceso al agua: “Necesitamos ayudas para realizar y mejorar perforaciones y sistemas de riego que aseguren agua para las familias, cultivos y animales”.
“La emergencia pasada no tuvimos buena experiencia con la ayuda del Ministerio. Dedicamos tiempo para hacer relevamientos, pero sólo recibimos semillas fuera de tiempo y un par de bolsas de alimentos balanceados que duraron quince días.
Sin pasturas nuestros animales se mueren. Necesitamos en forma urgente rollos de pasturas, alfalfa, alimentos balanceados. Ahora están anunciando ayudas directas e inmediatas. Esperemos que se cumplan y que lleguen a los que más estamos necesitando”.
“El cambio climático llegó para quedarse”
“Aunque no se les queme el campo, los pequeños productores estén atravesando una situación muy complicada. La sequía extrema provoca falta de pasturas, de producción y de ingresos. A esto se suma la falta de agua, por las napas y ríos en bajante”, explica Fredy Fleitas productor y técnico del Instituto de Cultura Popular.
“Lo más preocupante es que el panorama futuro no es alentador, porque el Cambio Climático ya llegó para quedarse, con sequías e inundaciones extremas. Para mitigar estos cambios hace falta una profunda revisión de los sistemas de producción y consumo, y un ordenamiento del uso de los territorios. Si seguimos desmontando para la implantación de monocultivos, usando agroquímicos en forma excesiva, produciendo a costa de la destrucción de la naturaleza, los desequilibrios climáticos serán cada vez más difíciles de sobrellevar”.
El trabajo de INCUPO frente a la emergencia
Hace dos años que el Gran Chaco está sufriendo fenómenos climáticos extremos, como la sequía histórica y el bajo volumen de lluvias, especialmente en el este de las provincias del Chaco y Formosa; oeste de Corrientes y norte de Santa Fe.
Actualmente la institución está asistiendo a unas 500 familias campesinas, ubicada en 10 localidades de esa zona.
La asistencia técnica para la recuperación de su producción se enfoca en tres líneas: provisión de forraje para el mantenimiento de los animales; adquisición de infraestructura para la provisión y distribución de agua (tanques, mangueras, caños y sistema de riego) y la compra de semillas para la siembra de cultivos de alimentación animal y comercial.
Recordemos que estas 500 familias campesinas tienen emprendimientos productivos, cuyos cultivos ofrecen en las ferias francas locales, significando un aporte de alimentos sanos y seguros a sus comunidades cercanas.
En relación al desarrollo sostenible y la organización comunitaria, INCUPO trabaja junto a las familias campesinas afectadas, promoviendo el intercambio de saberes y experiencias productivas que permitan la recuperación y detengan el éxodo humano del territorio.
La crisis climática que hoy afecta a estas provincias del Gran Chaco demuestra que la pérdida es por partida doble: se pierde biodiversidad en el territorio y las familias que lo habitan también pierden su capacidad de producir alimentos sanos y seguros para abastecer a sus comunidades.
Junto a los campesinos y pueblos indígenas
En sus 50 años de vida institucional, INCUPO lanzó una campaña para que la sociedad se sume a defender el monte, la producción agroecológica y los derechos indígenas del Gran Chaco. Quienes estén interesados a sumarse a este desafío, pueden donar aquí.