Jóvenes “ATR”

En la jerga juvenil “ATR” significa “A Todo Ritmo”. Un grupo de jóvenes emprendedores del noreste argentino, adoptó esta sigla para resumir su propósito: Asociativismo, Trabajo y Ruralidad.
A través de intercambios y capacitaciones apuntan a la integración regional, en busca de    propuestas que favorezcan el arraigo en sus territorios.
En su cuarto encuentro regional, realizado el 27 y 28 de octubre, en la EFA “Tupá Rembiapó” (Obra de Dios), de Santa Ana, Corrientes, nos cuentan sus logros y desafíos.

El camino recorrido

“A fines del año pasado comenzamos a juntarnos con jóvenes rurales de Santa Fe, Chaco, Corrientes, Formosa y Santiago del Estero, para analizar sus problemas y buscar posibles soluciones a nivel regional”, explica Laura Maldonado, de INCUPO.
Acerca del avance del proceso, señaló: “Se conformó un grupo promotor, con jóvenes de las provincias, que organizó encuentros y recorridas en los territorios, conociendo el trabajo de sus organizaciones, sus formas de producción y comercialización.”
“El grupo se va consolidando a través de sus redes sociales y de encuentros acompañados por nuestra institución. Así, llegamos a este cuarto encuentro, en la EFA de Santa Ana, donde nos proponemos avanzar en el acompañamiento a los diferentes emprendimientos que los jóvenes impulsan en sus territorios”, destacó Maldonado.

Testimonios con identidad

“Lo importante es reconocer de donde somos, y defender nuestra identidad frente a los mensajes que prometen bienestar en las grandes ciudades. Los jóvenes quieren quedarse en su territorio, pero la cuestión económica los complica”, describe Exequiel Paredes, de Tacuarendí, en el norte de Santa Fe.
“En nuestro caso, encontramos en la organización un sustento para seguir soñando”, destaca Ezequiel. Su trabajo está dedicado a la fabricación artesanal de muebles de pino, y forma parte de la Cooperativa Patria del Norte, integrado por emprendedores textiles, de la construcción y la agricultura familiar.

Valentino Villarreal, de la zona de Añatuya, Santiago del Estero, también describe como difícil la realidad de su zona “Soy uno de los pocos que ha decidido seguir apostando a la producción avícola, la mayoría de los jóvenes se han ido a las ciudades en busca de trabajo”.
Acerca del aporte de los intercambios, Valentino destaca: “Estos encuentros son como un incentivo. Ver que hay otros jóvenes con entusiasmo y ganas de hacer cosas nos animan y empujan a seguir creciendo un poco más”

 Alexis Durand, de Las Garcitas, Chaco, explica que “muchos jóvenes se van a las ciudades, pero viven añorando la tranquilidad de nuestro pueblo, la charla con los vecinos y su paisaje”.
Alexis, cursa el último año de la Tecnicatura superior en Agroecología, en la EFA “Fortaleza campesina”, de San Martín, y su sueño es “poder recibirme y trabajar en el campo”. “Es más fácil agarrar el bolso e irse. Yo prefiero buscar la posibilidad de quedarme y salir adelante en mi propio pueblo”.

El grupo de jóvenes ATR afianza su integración regional. A los intercambios le suman capacitaciones, como la “Formulación de Proyectos” que realizan actualmente en forma virtual junto a la institución CREAS.
Iniciativas que serán expuestas en el próximo encuentro, a realizarse en Añatuya, el próximo 10 de noviembre.

Junto a los campesinos y pueblos indígenas

En sus 50 años de vida institucional, INCUPO lanzó una campaña para que la sociedad se sume a defender el monte, la producción agroecológica y los derechos indígenas del Gran Chaco. Quienes estén interesados a sumarse a este desafío, pueden donar aquí.