AGREGANDO VALOR A LA ECONOMÍA CAMPESINA

Agregando valor a la economía campesina

Abr 9, 2025 | AGROECOLOGÍA, BOSQUES Y ECONOMÍA SOCIAL

En tiempos de “vacas flacas”, las familias campesinas se organizan para mejorar su economía, fortaleciendo su autoabastecimiento y optimizando la producción y venta de los productos.
El aprovechamiento integral de la chacra, el uso de insumos naturales, el agregado de valor, la comercialización en mercados locales y el uso de redes sociales para difusión, son estrategias utilizadas para fortalecer su economía familiar.
Compartimos testimonios y números de experiencias de mercadeo, impulsadas por familias rurales con acompañamiento de INCUPO, en diferentes provincias del norte argentino.

Santiago del Estero: Producción de cabras y aves

“Participamos en capacitaciones sobre producción agroecológica de aves y cabras. Y sobre aprovechamiento de animales de refugo, que ya no producen, para elaboración de chacinados”, explica Jorge Geréz, de la zona de Averías, sobre las jornadas brindadas por INCUPO en esta provincia.
Acerca de la utilidad para las familias, Geréz destaca: “Los números son bien interesantes: si vendes una cabra de refugo en pie, podes sacar unos $10.000. En cambio, agregando valor y vendiendo como chorizos o hamburguesas podés obtener hasta $70.000”.

“En las capacitaciones sobre agregado de valor participan los jóvenes pero también toda la familia”, explica Santiago De Gregorio, técnico de INCUPO. “Es un complemento a la producción de aves y cabras de forma agroecológica, que venimos impulsando hace décadas, con aprovechamiento del monte nativo para obtención de alimentos y medicinas”, agrega.

Acerca de la comercialización De Gregorio destaca: “Los chacinados elaborados, junto a los productos que ofrecen desde siempre, como cabritos faenados, pollos, huevos, dulces y licores con frutos del monte, se venden en el puesto Kuskas Yamkaiku, del mercado local de Añatuya, con aval bromatológico y autorización de la Municipalidad.
También, son ofrecidos puerta a puerta o a través de las redes sociales”, detalla De Gregorio.

Números santiagueños
A precios de marzo 2025, un cabrito faenado puede alcanzar entre $5.000 y $7.500 el kilo, mientras que productos transformados como chorizos o hamburguesas rondan los $7.000 u $8.000 el kilo. Se calcula que por cada peso invertido para la elaboración, se obtienen 3 de ganancia.
El monte nativo también ofrece su riqueza: el arrope de tuna y de chañar se valora en unos $17.000 por kilo, y los jarabes artesanales a base de frutos del monte alcanzan los $7.000 por frasco de 250cm3.

El valor de los productos campesinos, tanto en estado primario como con agregado de valor, refleja el esfuerzo y conocimiento que hay detrás de cada alimento. Esta producción no solo genera ingresos en el territorio, sino que fortalece el arraigo y el cuidado del ambiente.

 

Formosa: chacra, tambo y procesamiento de maíz

“Combinamos la cría de animales, como vacas, cerdos y aves, con la siembra de maíz, mandioca, sandia y huerta”, explica Raúl Cococcioni, agricultor familiar de Villafañe. “Aprovechamos todo lo que se pueda de la chacra y del tambo. Por ejemplo, el suero que sale de la leche con la que hacemos los quesos, se utiliza para alimentos de los cerdos, junto a otros alimentos que también producimos. También elaboramos harina de maíz, almidón de mandioca para el autoconsumo y para venta en la zona”.

Raúl, forma parte de una organización zonal de productores del sur formoseño, acompañada por INCUPO hace décadas. En su mayoría, dedicados a la producción de verduras, animales y al procesamiento de algunos cultivos como maíz y mandioca con tecnologías adaptadas a la realidad campesina.

En cuanto al agregado de valor, Juan y Gladys, de la Asociación Feriantes de El Colorado nos cuentan que “Se elaboran medallones de verduras congelados, panificados, dulces, harina de maíz, porotos. Preparamos también las sabrosas comidas regionales como sopa paraguaya, pastelitos, dulces de la región”.
En la feria de Villa 213 Silveria Benítez nos comenta que “También ofrecemos huevos, leche, quesos, aves y Harina de Maíz. Estos productos se venden en la feria, pero también en negocios locales, a pedidos por redes sociales y algunos envían a la ciudad de Formosa para ser vendidos en una feria local”.

Números formoseños

En febrero de este año, se obtuvieron 3000 kg de maíz amarillo para hacer harina de maíz; que permitieron la venta de 600 kg empaquetados a supermercados, clientes directos, ferias de Formosa y comedores, para la elaboración de alimentos.

Otro ejemplo del potencial productivo son los quesos: con una producción semanal de 50 kilos a un precio de $6.000 el kilo, se alcanzan ingresos estimados de $300.000 semanales. También se destaca la venta directa de 1.000 docenas de choclos de maíz colorado, con un rendimiento promedio de 2.000 kilos por hectárea.

La diversidad de la producción también se refleja en la fruticultura: en febrero se cosecharon unas 3.000 sandías, que se vendieron a un promedio de $1.500 cada una. Por su parte, en los primeros meses del año, la venta de 80 bolsas de limones generó ingresos superiores al millón de pesos.

Estos números no solo muestran la eficiencia del trabajo rural organizado, sino también el valor de seguir fortaleciendo los canales cortos de comercialización y el arraigo productivo en los territorios.

Corrientes: ferias agroecológicas en crecimiento

“Es una producción que yo la llevo con orgullo, y mucho más cuando la vendemos en la Feria, porque vemos que los clientes van tomando conciencia de los productos sanos que consumen. Ellos tienen las puertas abiertas para visitar nuestra chacra y conocer la forma en que nos controlamos entre compañeros, para asegurar que se cumplan los pasos de la producción agroecológica, acompañados por las instituciones y el municipio para los controles bromatológicos y el asesoramiento técnico”, explica Abel Ortiz, integrante de la Cooperativa agroecológica “Las Tres Colonias”, de la zona de Bella Vista.

Con más de dos décadas de funcionamiento, esta Cooperativa marca rumbos en la región. Principalmente, en las ferias francas integrantes de la Asociación Provincial de Ferias de Corrientes, que se encuentran en un proceso de transición agroecológica, produciendo con insumos naturales, en forma diversificada y respetando los ritmos de la naturaleza.

Acerca de la comercialización de sus productos, Fredy Fleitas, de INCUPO, destaca: “La Feria tiene tres puestos de venta en la ciudad de Bella Vista. Algunas familias envían también a espacios agroecológicos de Buenos Aires. Además, se realizan acuerdos con instituciones, como el Centro de Jubilados, a quienes se venden unos 150 bolsones de alimentos tres veces al año”.

Números correntinos

Con un promedio de más de medio millón de pesos en ventas diarias, la feria agroecológica no solo ofrece alimentos sanos y frescos, sino que es fuente de ingresos que sostienen a las familias productoras. Durante febrero y marzo de 2025, algunos productores alcanzaron un ingreso bruto mensual de $350.000, que en otros casos llegó a los $900.000.
La feria cuenta con una diversidad notable: 31 productos vegetales, 9 de origen animal y 14 elaborados. Y la demanda crece, especialmente por alimentos agroecológicos. Un ejemplo: mientras que en los comercios la harina de maíz se consigue a $900, en la feria se paga hasta $3.000 si es agroecológica.
Esto habla no solo del valor nutricional, sino también simbólico y político de una producción que cuida la tierra y a quienes la trabajan.

 

Santa Fe: Diversidad de producciones y Comercio Digital

En esta provincia, INCUPO acompaña el trabajo de 5 organizaciones, dedicadas a la producción de alimentos, pesca artesanal, emprendimientos textiles y carpintería, entre otras actividades.
“Acompañamos el trabajo conjunto de emprendedores para mejorar las condiciones de producción y de comercialización”, explica Mariana Cian, técnica en la zona. En cuanto a las capacitaciones detalla que “Se promueve el uso de herramientas tecnológicas, manejo de redes sociales y generación de tiendas virtuales para la venta de sus producciones. Los participantes, en su mayoría jóvenes, aprenden sobre creación de marcas, logos y catálogos para la promoción y comercialización de alimentos agroecológicos, indumentarias y muebles, entre otros productos”.

Números santafesinos

El grupo “Mujeres Unidas” de Campo Hardy elabora productos textiles y de chacra. Cuentan con marca propia y venden a nivel local, a través de whatsapp. La producción textil que integra a unas 12 mujeres ronda unas 20 unidades mensuales. Y en la chacra, dos mujeres son las que producen 1000 docenas de huevos por mes y 15 pollos por semana.

En Villa Ocampo, la cooperativa “Obreros del Río Paraná” -integrada por 10 trabajadores- combina la pesca artesanal con el agregado de valor para abastecer a comedores y vecinos de la zona. En su última temporada, lograron recolectar 2.500 kilos de surubí, a $7000 el kg., además de comercializar sábalo a $6000 la pieza y viga a $5000 el kg., a precios que reconocen el esfuerzo de quienes lo extraen.
Por su parte, en el paraje El Gusano, 20 familias reunidas en la experiencia “Vida en Libertad” producen de forma comunitaria pollos, huevos, corderos y terneros. Por mes, crían y venden alrededor de 650 pollos, y por año alcanzan más de 35.000 docenas de huevos. Además, cada familia comercializa en promedio 10 corderos y 8 terneros anuales.
Estas iniciativas no solo dinamizan la economía local, sino que garantizan alimentos frescos, de cercanía y producidos de manera sustentable.

Dificultades y desafíos

En tiempos de crisis todo se encarece. Mucho más en la zona rural, donde los precios de flete, combustible y electricidad suben sin control.
Junto a las familias campesinas, INCUPO trabaja en la construcción de alternativas para mejorar la economía campesina.
A través de capacitaciones, se apuesta a mejorar la planificación de los emprendimientos, la búsqueda de nuevos canales de comercialización, y el aumento de la difusión en redes sociales.
El autoabastecimiento, es decir la producción propia de insumos y el aprovechamiento integral de la chacra, está permitiendo la subsistencia de las familias, pero se hace necesario mayor apoyo de los Municipios y Comunas. Se requiere también mejorar el  acceso a créditos blandos, para invertir en infraestructura y fortalecer los emprendimientos.
El intercambio entre organizaciones y entre instituciones de apoyo, se vuelve imprescindible para asegurar mejores condiciones de vida para las familias en sus territorios.

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