Experiencia forestal educativa en Laguna Patos, Chaco: «Sin monte no hay vida»
Unas 25 familias de la Comunidad Qom Lapel Huotaxañilay (Laguna Patos, en Qom) desarrollan desde hace cuatro años un proyecto de manejo sustentable del monte nativo. Producen artesanías, alimentos y crían ganado. Revalorizan sus conocimientos ancestrales y los trasmiten a las escuelas de la zona.
“El proyecto alcanza cerca de dos mil hectáreas de propiedad comunitaria, ubicada a unos 80 km de Resistencia, en zona de La Leonesa. Su financiamiento proviene de la Ley Nacional de Bosques Nro. 26331, y es uno de los únicos proyectos presentados por una comunidad indígena en la provincia del Chaco” explica Gianina Vitale, técnica del Instituto de Cultura Popular (INCUPO), acompañante de la experiencia. “El trabajo apunta a fortalecer los conocimientos que la comunidad tiene sobre el cuidado del bosque, y además compartirlos en idioma Qom a las comunidades educativas de la zona. Asimismo, promueve la producción ganadera, la horticultura y la elaboración de artesanías y alimentos que favorecieron ingresos económicos a las familias”, destacó Vitale.
“Conocer para valorar”
“Conformamos un equipo de diez personas, en su mayoría mujeres”, explica Sofía Núñez, pobladora de la comunidad. “Comenzamos con un relevamiento forestal y de la fauna silvestre para valorizar nuestro monte. Para esto, recorrímos la zona junto a nuestros ancianos, que son los que más saben. Tomamos huellas de animales a través de moldes de yeso, grabamos sonidos de animales, tomamos fotos. Así, fuimos registrando la existencia de diferentes pájaros y animales como el coatí, tatú, guazuncho, charatas y otros. Nuestra intención es dar a conocer todo lo que ofrece nuestro monte, y que sin monte, no hay vida”, expresó Sofía.
Marcela Núñez, también integrante del equipo explicó que “A través de capacitaciones y asesoramiento técnico, fuimos ordenando la información. Elaboramos folletos explicativos en lengua Qom y luego lo trabajamos en talleres con los chicos de las escuelas de la zona. Queremos valorizar nuestros conocimientos sobre el cuidado del monte, y a la vez, darlos a conocer a los chicos y jóvenes fortaleciendo nuestra lengua y nuestra cultura”. “Al conocer qué tenemos, más nos adueñamos de nuestro lugar. Ver que las especies que por un tiempo dejaron de estar, como el Guazuncho o el Carpincho, ahora vuelven, nos dice que estamos haciendo bien las cosas” ,resumió Marcela Núñez.
Una experiencia integral
“El proyecto abarcó diferentes aspectos de la vida comunitaria: su cultura, sus conocimientos y también la parte productiva”, explicó Gianina Vitale. “Partimos de un muestreo forrajero para conocer la capacidad ganadera de los lotes. Luego, se hicieron potreros, cerramientos y alambrados para el cuidado y reserva de pasturas. Esto fortaleció la alimentación del ganado que las familias ya habían adquirido con financiamiento de proyectos anteriores. Esta experiencia demuestra que es posible la recuperación de especies nativas forestales y animales, en equilibrio con las producciones agrícolas locales. Revalorizando su cultura y el cuidado del ambiente”, destacó Gianina.