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La “gente de maíz” y su Guía de producción

20 Oct 2022 | AGROECOLOGÍA, BOSQUES Y ECONOMÍA SOCIAL

 

Partiendo del trabajo con agricultores del sur formoseño, INCUPO elaboró una Guía con recomendaciones para mejorar en forma agroecológica la producción y aprovechamiento del maíz amarillo.
Este tradicional cultivo campesino, además de ser la base de nuestra cultura alimentaria, ayuda a sostener el equilibrio ambiental y favorece el arraigo de las familias a su tierra.

La gente de Maíz

“La gente, hecha de maíz, hace el maíz. Cava una curva y lo cubre de buena tierra y lo limpia de malas hierbas y lo riega y le habla palabras que lo quieren…” Eduardo Galeano

Desde siempre, las familias campesinas de nuestro norte cultivan el maíz.
Para agregar valor a su producción, muchas de ellas fabrican harina de maíz, ingrediente principal de comidas tradicionales como la sopa paraguaya, polenta, borí borí, mbaipy y tantas otras.
Partiendo de estos conocimientos campesinos y de la incorporación de tecnologías, INCUPO elaboró una Guía, con recomendaciones para mejorar la producción y elaboración de harina de maíz en forma agroecológica, garantizando mayor cuidado en la salud humana y ambiental.

Recomendaciones principales para la producción:
En la preparación del suelo, la rotación de cultivos es fundamental. Para favorecer la fertilidad se propone la incorporación de abonos verdes, como melilotus, avena, centeno caupí, mucuna y canavalia.
El control de malezas debe hacerse en las primeras fases de desarrollo del maíz, en el estadio de las primeras hojas.
La siembra, por lo general se realiza en forma manual, con semillas guardadas del año anterior.
Como fertilizante, se aconseja el “supermagro”, un biofertilizante líquido.
La práctica común es cosechar y “asolear” el maíz antes de guardar en galpón. Aquí se remarca la búsqueda de un lugar de secado y guardado limpio, lejos de los animales.

Elaboración de Harina de maíz

La Guía aconseja disponer de dos lugares. Uno, para recibir los granos cosechados, donde puede hacerse el desgranado. Y otro, con cuidadosas medidas de higiene, para la molienda, secado, envasado y depósito de bolsas.
Para el desgranado y la molienda se proponen diferentes herramientas manuales e industriales. Muchas de ellas de fabricación regional, como desgranadoras y molinos.

En cuanto a las instalaciones, al tratarse de productos para la alimentación humana, se deben contemplar normativas relacionadas con la higiene y la salud, previstas en el Código Alimentario Argentino.
Se recomienda que el lugar de la molienda sea ventilado, con puertas y ventanas cubiertas de telas mosquiteras.
Asimismo, el local de elaboración debe tener techos metálicos, con paredes y pisos de fácil limpieza.
Algunas familias adaptan las propias cocinas familiares a estas normativas. Otras, construyen instalaciones aparte.

Envasado y comercialización

El producto obtenido debe ser uniforme y libre de partículas extrañas. Este se guarda en bolsones bien cerrados en un lugar fresco hasta su posterior embolsado para la venta.
Es necesario el etiquetado del producto, donde figure entre otros el nombre del alimento y la fecha de elaboración.

La práctica agroecológica

La diversificación de cultivos, el cuidado del suelo en forma natural, la elaboración de alimentos saludables son características esenciales de la producción agroecológica. Prácticas realizadas por las familias campesinas desde siempre, acompañadas en muchos casos por técnicos en los territorios.

La Guía, rescata esta construcción conjunta y dinámica de conocimientos.
Propone a su vez, seguir afianzando técnicas que permitan fortalecer las experiencias. Entre ellas:

– La obtención y conservación de semillas propias, enriquecida a través de intercambios con familias campesinas.

– Incorporación de abonos naturales como guano o cama de gallina.

– Control de malezas antes y después de la siembra.

– Utilización de tecnologías apropiadas como desgranadoras y molinos de fabricación regional.

 

“Y cuando el maíz está crecido, la gente de maíz lo muele sobre la piedra y lo alza y lo aplaude y lo acuesta al amor del fuego y se lo come, para que en la gente de maíz siga el maíz caminando sobre la tierra.” Eduardo Galeano

La gente y los pueblos de maíz son aquellos que siguen produciendo con técnicas milenarias el maíz que nos alimenta, como las familias agricultoras formoseñas y de nuestro norte.
Son las que marcan el camino de nuestra Soberanía Alimentaria.

Junto a los campesinos y pueblos indígenas

En sus 50 años de vida institucional, INCUPO lanzó una campaña para que la sociedad se sume a defender el monte, la producción agroecológica y los derechos indígenas del Gran Chaco. Quienes estén interesados a sumarse a este desafío, pueden donar aquí