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La agricultura familiar imprescindible: Obreros del Surco

21 Dic 2020 | ACTORAZGO POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES, AGROECOLOGÍA, BOSQUES Y ECONOMÍA SOCIAL

Los agricultores familiares demostraron ser imprescindibles en la pandemia COVID 19: la producción de alimentos fue escencial para dar respuesta a esta emergencia sanitaria. También es el camino hacia un futuro sostenible porque implica el cuidado del ambiente. Aquí la experiencia de Obreros del Surco, una organización campesina que siguió produciendo alimentos sanos en pandemia

Al norte del departamento General Obligado de la provincia de Santa Fe, la organización Obreros del Surco congrega a campesinos de Villa Ocampo, Villa Ana, San Antonio, Las Toscas y Tacuarendí. Además, integra La Asamblea Campesina e Indígena del Norte Argentino.

Este año, los agricultores familiares hicieron frente a la cuarentena, la sequía y los incendios y aún así salieron adelante. 

José Luis Castillo, referente de la organización explicó que «bajó drásticamente la venta de verduras, debido a la sequía, los vientos y las altas temperaturas. La lluvia trajo un pequeño alivio pero esperamos que sean más las precipitaciones».

La zona rural donde viven estas familias, está cerca del Río Paraná. La pesca es una de las actividades principales. En ese momento el gajo del río donde suelen pescar está casi seco, y en Paraná escasea el pique.

José Luis puntualiza que “las siete familias que normalmente viven de la pesca, por el momento se dedican a la construcción de quinchos o cabañas con madera. También a la venta de madera, paja y picanillla. En la isla, los incendios quemaron alambrados, postes y pasturas. Los animales perdieron sus crías y su preñez, por falta de alimentación. El agua para beber la consiguen en las lagunas de agua dulce que hay dentro de la isla”.

Sin lluvias para sembrar

Los productores perdieron la primera época de siembra por la sequía. José Luis explicó que «se guardaron las semillas para sembrar en los primeros días del mes de noviembre, si las condiciones son más favorables».

«Allí terminaría la época de siembra de primavera-verano. Y algunos pocos, tendrán la suerte de recuperarse en la siembra de enero, con el maíz y el zapallo. El riego es un lujo que no todos se pueden dar. La gente está dando prioridad al consumo humano del agua. Hay dos familias que hacemos riego, la mayoría tiene bomba manual para el uso familiar”, agregó.

Manufacturados en suspenso

Las elaboraciones de panificados y dulces que solían hacer en forma comunitaria, en el salón de la organización, se suspendieron por el Covid 19. Las mujeres campesinas trasladaron toda la producción a sus casas, donde siguen produciendo alimento sano para vender en las ferias y mercados de cercanía.

“Este año, no sobraron naranjas debido a un invierno seco y frío, ni calabacitas para hacer dulces. Las abejas silvestres se fueron con los incendios. Ahora por el Covid-19 no se pueden reunir más de dos compañeros, y eso hizo que baje la producción», explicó José Luis. 

Políticas públicas para campesinos

Los agricultores familiares no bajaron los brazos en la pandemia COVID 19. Desde Obreros del Surco siguieron formulando proyectos y articulando con técnicos de INCUPO para presentar en el PISEAR.  «También estamos buscando la manera de participar en programas de políticas públicas, junto a la Secretaría del Gobierno Provincial. Hacemos el relevamiento para el registro obligatorio de pequeños productores de la agricultura familiar e indígena», explicó José Luis.

Los agricultores familiares se mantuvieron trabajando para actualizar el Registro Nacional de Agricultura Familiar y en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, ReNaTEP, para aaceder a los beneficios de algunas políticas públicas como la carga del Ingreso Familiar de Emergencia y la Asignación Universal Por Hijo.

El camino hacia el reconocimiento estatal de los agricultores familiares y su rol fundamental en el desarrollo sostenible parece ser una tarea como la de sembrar: perseverancia y paciencia para obtener los alimentos.

Junto a los pueblos indígenas 

En sus 50 años de vida institucional, INCUPO lanzó una campaña para que la sociedad se sume a defender el monte, la producción agroecológica y los derechos indígenas del Gran Chaco. Quienes estén interesados a sumarse a este desafío, pueden donar aquí