ESPECIALISTA
Entrevista a Marina Stein, entomóloga chaqueña
Dengue: el poder de la prevención
En el inicio del 2020, con más de 41.000 casos de dengue, Argentina experimenta el mayor número de casos desde el 2016, según los datos del Ministerio de Salud de la Nación. A partir de la experiencia en educación popular, el Instituto de Cultura Popular (INCUPO) propone organización comunitaria para eliminar los criaderos y reducir la población de Aedes aegypti para la primavera. “Entendemos que enfermedades como el dengue exigen de la responsabilidad ciudadana para hacerle frente, pero también necesitamos al Estado presente para que esa organización comunitaria se potencie con políticas públicas de prevención. Comunidad y Estado son dos pilares imprescindibles para poner fin al dengue en la región”, explicó Mónica Kreibohm, comunicadora de la organización.
En este sentido, INCUPO consultó a Marina Stein, doctora en Biología e investigadora adjunta del CONICET en el Área de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), para conocer el comportamiento del mosquito que transmite el dengue, el impacto en el Nea y la necesidad de organizarse comunitariamente para eliminar los criaderos.
Conocer para prevenir
El mosquito se reproduce en ambientes humanos: la hembra deja los huevos a un milímetro del agua en las paredes internas de recipientes artificiales (aunque también se han detectado en recipientes naturales como huecos de árboles o axilas de bromeliáceas). “No importa si es agua “limpia” o “sucia”, lo que necesita es una superficie a la que adherir sus huevos por encima de la superficie del agua presente en el criadero. Este es un mosquito de inundación porque necesita que el agua (de lluvia o el que agreguemos las personas) inunde los huevos para puedan eclosionar, así que muchos de los espacios domésticos le sirven como criaderos”, explicó Stein. No sólo los recipientes olvidados en el patio pueden ser criaderos, también los del interior: floreros, jarrones con plantas acuáticas o las rejillas de desagüe pueden ser cuna para el huevo del Aedes aegypti.
Otros espacios públicos en los que hay que mantener al mosquito a raya son las gomerías; las chacaritas; los grandes basurales y los cementerios, construcciones abandonadas, todos sitios donde se pueden encontrar recipientes capaces de colectar agua.
La hembra es la que pica y es un mosquito cuya actividad principal es con la luz del día; no es el mosquito que pica en la noche, cuando uno está durmiendo con todas las luces apagadas. Los terrenos baldíos si contienen potenciales criaderos pueden ser también sitios donde el mosquito se reproduce.
Los casos de dengue en el NEA aparecen en verano y se pueden extender hasta fines de mayo, cuando hay mayores abundancias de la hembra adulta, que es la que transmite la enfermedad. Es decir en nuestra región es necesario que ingrese una persona infectada con dengue, que haya viajado previamente hacia lugares donde la enfermedad está presente todo el año y vuelve infectada con el virus circulando en sangre. Aquí al ser picada por un mosquito hembra este se infecta y puede transmitir el virus a otras personas susceptibles o sanas. Así comienzan los brotes o epidemias. “En este tiempo es cuando tenemos noticias del mosquito y se activan las campañas de prevención, pero sería más efectivo extender la prevención todo el año y principalmente en invierno, cuando el mosquito está más vulnerable, reduciendo su población antes de la llegada de la primavera”, dijo Stein.
La bióloga explicó que “el huevo puede soportar temperaturas invernales y el riesgo de no eliminar los criaderos es que en las próximas estaciones con condiciones ambientales favorables (temperatura y humedad) para la eclosión de los huevos, vamos a tener más mosquitos, con mayor posibilidad de casos de dengue”. Vale aclarar que el mosquito adulto, las larvas y las pupas no soportan temperaturas por debajo de los 10 grados centígrados, sin embargo el huevo en los criaderos sí resiste esas condiciones de bajas temperaturas y sequedad, por lo que se recomienda hacer el descacharrado todo el año, limpiar los criaderos que no podemos eliminar en su cara interna, tapar aquellos que necesitamos utilizar para evitar que la hembra del mosquito ingrese a depositar los huevos y estar atentos a los potenciales lugares de oviposición de Aedes aegypti.
El dengue es una realidad preocupante en las provincias del Gran Chaco, donde trabaja INCUPO: en el Chaco hubo 2855 casos, un 2800% más desde el inicio de la cuarentena, en Reconquista se registraron 1855 positivos, con un total de 4500 casos en la provincia de Santa Fe; y 1173 casos en la capital de Corrientes.
Cambio climático y desmonte
A la responsabilidad ciudadana frente al dengue, en el Nea se suman las variaciones de temperatura que está provocando el cambio climático. “Algunas investigaciones que hemos realizado en nuestra región demuestran que Aedes aegypti está presente todo el año porque tuvimos varios inviernos donde las temperaturas no se mantuvieron por debajo de los 10 °C de manera sostenida, lo que permite que vivan los mosquitos”, detalló la entomóloga.
Otro factor fundamental en la nueva aparición del dengue en nuestra región, está relacionada al cambio en el uso del suelo y la explotación agropecuaria. Marina Stein explicó que “el dengue es una enfermedad que se propaga muy rápidamente en grandes concentraciones urbanas y en el Chaco desde finales de los 90 tuvimos un gran éxodo rural hacia las ciudades cabecera. Entre los 80 y 90, la provincia tenía 6000 establecimientos agropecuarios de 50 hectáreas cada uno, que ocupaban unas 100.000 hectáreas; y teníamos 1000 establecimientos agropecuarios de más de 100 hectáreas cada uno, que ocupaban 3.000.000 de hectáreas. Con la desaparición de los pequeños establecimientos agropecuarios y el aumento de los grandes, se generó más tala del bosque y los pobladores de esos pequeños establecimientos agropecuarios abandonaron el campo, mudándose a los cordones periféricos de las diferentes ciudades, en asentamientos precarios. Por lo tanto podemos decir que el desmonte de alguna manera provoca que estas enfermedades tengan mayor prevalencia porque genera una gran corriente migratoria desde la zona rural a la urbana, con asentamientos en las ciudades de manera desorganizada, sin provisión de agua potable, sin viviendas adecuadas, sin un sistema de recolección y disposición de residuos adecuado”.
La bióloga remarcó que la propagación de enfermedades como el dengue tiene que ver también con el modo de vida de una población como sujetos situados históricamente que en la mayoría de los casos no son de su elección, como la pobreza, y con el acceso a los servicios básicos de atención; con la gran concentración urbana desorganizada; con las costumbres y educación que tiene y recibe esa comunidad para combatirla. En este punto es donde el papel del Estado tiene un rol fundamental de acuerdo a las acciones y políticas que implementa para la prevención.
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